Cuando se expone a la lluvia, El aluminio sufre un proceso llamado oxidación, Formando una capa delgada de óxido de aluminio en su superficie. Esta capa de óxido actúa como una barrera protectora, prevenir una mayor corrosión y degradación del metal. Con el tiempo, sin embargo, La exposición prolongada a lluvia ácida o salada puede erosionar gradualmente esta capa protectora, conduciendo a una eventual corrosión de la superficie de aluminio. El mantenimiento regular y los recubrimientos protectores pueden ayudar a mitigar este efecto.